octubre 09, 2015

Por qué nos gustan los mapas

Elige el lugar del mundo que más te guste, escribe el texto que prefieras y Mapiful te envía el póster a casa

Nosotras no hemos sido las únicas en caer rendidas a la atracción de los mapas (para crear nuestras tote bags Mapamundi y Planisferio) que palpita últimamente en el universo Internet. Porque ¿a quién no le gustan los mapas? Nos invitan a viajar, a imaginar y a evocar lugares reales o inventados, y despiertan en nuestro corazón el espíritu aventurero de Estrabón y las ansias por conocer nuevos territorios. Son obras de arte en muchos casos, misteriosas y aterradoras a veces –hic sunt dracones–,  bellamente pictóricas o tan rudimentarias como una línea de puntos que termina en una equis.
Algunos de los mapas más bellos del mundo se crearon hace cuatrocientos años, y tal vez por ello hoy, con el catálogo infinito de cacharros y recursos tecnológicos que tenemos a nuestro alcance, nos maravillan más que nunca, y es que no hay nada tan meridianamente opuesto a nuestra era digital que un pedazo de papel dibujado a mano. Es un ejemplo más de la paradoja que vivimos en este siglo XXI: la nostalgia que sentimos hacia las actividades más ancestrales. Ahí está la afición al hipnótico lettering, la costura, el cultivo del propio huerto, la cosmética natural, la estampación en piedra o el carvado de sellos, por citar solo unos ejemplos.
Si tú eres uno de esos seres humanos que necesita usar las manos para algo más aparte de teclear en el portátil o el móvil, bienvenido. No estás solo. 

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